
Historia del sombrero aguadeño, un reencuentro con la tradición.
Durante aproximadamente 150 años, distinguidas cabezas de personajes de los distintos continentes, y por supuesto colombianos, han estado protegidas del sol por el tradicional sombrero aguadeño, hecho con fibra de palma de iraca.
El sombrero aguadeño, extraído del "cogollo" de la "Carludovica Palmata", perteneciente a la familia de las Ciclantáceas (iraca), lleva un proceso en el cual el cogollo se lleva a cocción en un fogón aislado; luego se seca al sol y es llevada después al estufado con azufre para lograr su blancura.
La idea del sombrero llegó a Aguadas de mano un anónimo ecuatoriano, que según la tradición local, fue el primero en establecer una fábrica de sombreros al enterarse de la abundancia de la planta de iraca en esas tierras.
También cuenta la historia popular, que el primer ciudadano Aguadeño que aprendió a tejer sombreros fue Crisóstomo Flórez, miembro de la familia dedicada por tradición a esa industria, y descendiente del fundador del municipio, José Antonio Villegas.
La industria Aguadeña tuvo un destacado desarrollo hasta mediados del siglo XX. Los últimos 50 años no han sido los más promisorios, en parte porque se han diversificado los productos que se originan de la Iraca.
TIPO EXPORTACIÓN
En los inicios de la producción del sombrero en Aguadas, se fundaron talleres en donde tejían por igual hombres y mujeres. Entre los primeros tejedores se encontraba Juan Crisóstomo Flórez quién, según la historia, desbaratando un sombrero para volver a armarlo, se convirtió en el primero en impulsar esta industria en Aguadas, junto con Nicolás Tobón y Manuel Valencia.
El primer extranjero en dar a conocer el producto al mundo fue el español José Cerro, natural de Oviedo, quien atraído por la fama de la industria vino a Agudas a finales del siglo XlX y estableció su residencia en el municipio con su esposa Flora Palacio y abrió una agencia de compra.
El hizo los primeros despachos a la península Ibérica, así como a Cuba. Años después la exportación se extendió a gran escala a Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.